Empecé a observar el gimnasio hasta llegar al baño, pero no pensé que Rosy estaba allí. La vi, vi que se estaba tocando, escuché sus gritos, no podía evitar excitarme frente esa imagen. Escuche como su respiración aumento, está a punto de llegar al clímax, soltó un gran gemido, que se escuchó en toda la habitación. Me di la vuelta para irme “no me vaya a descubrir” pensé.
Al día siguiente llegué al gimnasio y vi que estaba ella con la mano en la espalda con cara de dolor. Me acerque le pregunte ‘que te pasa…’
- Me duele la espalda - dijo -Claro, el exceso de ejercicio puede causar daño, si quieres te doy un masaje para que te relajes - dije -Seria buena idea – dijo ella. Nos fuimos a otra habitación, se quito el top descubriendo sus pechos y se acostó, eché aceite en mis manos y empecé a darle el masaje.
- Tienes buenas manos - dijo
- Si, he aprendido algunos masajes mientras asistía al gimnasio, en un rato te sientas mejor - le dije - OK, vamos a revisar el proyecto
- me dijo, ella se desnudó completamente abriendo las piernas - ya la tienes cerca, que esperas ¿me vas a decir que ayer no tenías ganas? -dijo, sabía que la espíe ayer.
Sin perder tiempo hundí mi cara en ella luego se volteó ofreciéndose, era precioso, sin piedad la hice mía de un solo golpe causando un gran gemido. Caí en su espalda y dije nos escucharon todos - No te preocupes estas no filtran ni un ruido - dijo.